por: Sergio Javier Ceballos
El arbolado urbano brinda múltiples beneficios socioambientales, y su estado y características están influenciados por las actividades y preferencias de la población, que van cambiando con el tiempo. Como se trata de organismos longevos, los árboles que vemos hoy en día son, en muchos casos, un legado de generaciones anteriores que decidieron plantarlos y cuidarlos.
Sin embargo, sobre la dinámica temporal del arbolado urbano —es decir, cómo cambian su composición, estructura o estado a lo largo del tiempo— sabemos muy poco, especialmente en Latinoamérica. Esto se debe a que son pocas las ciudades que cuentan con censos periódicos de su arbolado, y, cuando los hay, suelen ser recientes. Por eso, en general, se desconoce cómo fue la historia del arbolado en las ciudades.
En este trabajo, recientemente publicado en la revista Urban Ecosystems y liderado por Sergio Ceballos, describimos los cambios que experimentó el arbolado de Yerba Buena a lo largo del tiempo utilizando un enfoque diferente, sin necesidad de contar con censos históricos. Para ello, usamos la base de datos provista por la Municipalidad de Yerba Buena, que incluye cerca de 30 mil árboles urbanos censados entre 2022 y 2023. Además, clasificamos los barrios de la ciudad según su antigüedad, diferenciándolos y mapeándolos según la época en que fueron urbanizados. Para eso recurrimos a diversas fuentes de información —fotos aéreas, planos históricos e imágenes satelitales— y realizamos el mapeo en Google Earth Engine. También utilizamos un mapa de cobertura arbórea, que incluye tanto árboles del espacio público como del ámbito privado, elaborado por Javier Foquet, técnico en Sistemas de Información Geográfica del IER.
Combinamos estas tres capas de información —árboles censados y georreferenciados, mapa de antigüedad de los barrios y mapa de cobertura arbórea— para analizar cómo fue cambiando el arbolado con el tiempo. Asumimos que la antigüedad de los barrios refleja una secuencia temporal de cambios, y los ordenamos desde los más nuevos hasta los más antiguos, un enfoque que solemos aplicar para estudiar cambios en ecosistemas boscosos.
Entre los principales hallazgos, observamos que la cobertura y diversidad arbóreas, así como la proporción de árboles viejos, aumentan con la antigüedad de los barrios. En cambio, los barrios más recientes presentan una mayor proporción de especies nativas. También detectamos que varias especies que se plantaban en el pasado ya no se utilizan, principalmente porque alcanzan gran tamaño y pueden representar un riesgo.
Estos resultados ofrecen una base para orientar decisiones de gestión, ayudando a definir qué atributos se quieren fomentar en cada barrio, como la diversidad, la cobertura o la presencia de especies nativas. Al mismo tiempo, este trabajo representa una colaboración entre la Municipalidad de Yerba Buena y el IER, que combina información generada desde la gestión con la producida desde la ciencia.