Este estudio investiga el impacto del cultivo de soja en la salud de las abejas en la región del Chaco de Argentina, una importante zona agrícola. Las abejas son polinizadores cruciales tanto para los ecosistemas naturales como para los cultivos, pero son muy sensibles a los cambios ambientales y las prácticas agrícolas. Los investigadores compararon la salud y el rendimiento de las colmenas de abejas ubicadas en bosques con las de los fragmentos de bosque lineales rodeados de campos de soja con manejo agrícola convencional.
Los hallazgos revelaron que las colmenas en fragmentos lineales rodeados de soja mostraron signos de estrés, como colapso de colonias y menos cuadros de cría, pero la producción de miel y el número de abejas adultas fueron similares a los de las colmenas del bosque. Curiosamente, el polen de soja rara vez se encontró en la miel o el pan de abeja, lo que sugiere que las abejas dependían más de las plantas silvestres para alimentarse. El estudio detectó cinco pesticidas (azoxistrobina, carbendazima, clorpirifos, imidacloprid y cumafós) en colmenas tanto de bosques como de fragmentos lineales, y los pesticidas en la miel solo aparecieron después de una exposición prolongada a prácticas agrícolas. Cabe destacar que solo dos de estos pesticidas se usaron en los establecimientos estudiados, lo que indica que la exposición a pesticidas puede provenir de campos vecinos o de prácticas agrícolas en todo el paisaje.
El estudio concluye que, si bien el cultivo de soja afecta la salud de las abejas, mantener los bosques y adoptar un manejo cuidadoso de los pesticidas puede ayudar a sustentar las poblaciones de abejas, incluidas las abejas silvestres y sus recursos. Los investigadores recomiendan conservar áreas forestales más grandes, mejorar los fragmentos forestales lineales y coordinar las aplicaciones de pesticidas en los establecimientos para proteger a los polinizadores y garantizar una apicultura sostenible en los paisajes agrícolas.
Esta investigación destaca la importancia de las prácticas agrícolas para la conservación de los polinizadores, que son vitales para la seguridad alimentaria y la biodiversidad.
El número de cuadros con cría se mantuvo en colmenas ubicadas en el bosque (izq.) pero disminuyó en cortinas dentro del cultivo (der.)